Alajuela, Costa Rica | 14 de julio de 2025 — Con cantos, oraciones y un profundo sentido de comunión, las calles cercanas a la Catedral de Alajuela se llenaron de fervor y esperanza durante la celebración del Jubileo de los Laicos y de los Grupos y Movimientos Eclesiales, enmarcado en el Año Jubilar que vive nuestra diócesis.
La jornada inició en el parque Palmares, frente al antiguo hospital de Alajuela, donde numerosos fieles se congregaron en un ambiente de recogimiento y entusiasmo. Luego de una oración inicial y un momento de preparación espiritual, los peregrinos emprendieron el camino hacia el Templo Jubilar, manifestando su fe con cantos, alabanzas y signos visibles de unidad en la diversidad de carismas.
Una vez en la Catedral, los fieles fueron recibidos con alegría por Monseñor Bartolomé Buigues, obispo de Alajuela, quien presidió la Santa Misa acompañado por los presbíteros Elimar Carvajal y Carlos Céspedes. En su homilía, el obispo destacó el papel fundamental de los laicos en la vida de la Iglesia: “Ustedes son la Iglesia viva en el corazón del mundo. Su vida familiar, laboral, social y comunitaria es el lugar donde el Evangelio se hace carne”.
Inspirado en las lecturas del XV Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C, Monseñor Bartolomé subrayó que la vocación laical no es de segunda categoría, sino un llamado pleno a la santidad en medio del mundo. Al recordar a los santos esposos Luis Martin y Celia Guérin, padres de Santa Teresita del Niño Jesús, señaló que la santidad también se alcanza en lo cotidiano: “Luis y Celia no fueron mártires ni misioneros; fueron esposos y padres que vivieron con amor y fe cada día. Su testimonio sigue siendo luz para nuestras familias”.
En un ambiente profundamente espiritual, se elevó una oración especial por los laicos de la diócesis, pidiendo al Señor que bendiga su labor, su testimonio y su compromiso con la evangelización en todos los ámbitos de la vida: familia, trabajo, educación, cultura y política.
El Jubileo concluyó con un fuerte llamado a la misión, inspirado en las palabras de Jesús en la parábola del Buen Samaritano: “Vayan ustedes y hagan lo mismo”. Una invitación clara a que los laicos vivan su vocación con valentía, fidelidad y alegría.


Aquí compartímos la homilia completa de Monseñor