Una entrega total a Dios en el marco de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada
En el contexto de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Monasterio de la Anunciada fue testigo de un momento de profunda entrega y compromiso con Dios: la profesión de los votos perpetuos de la hermana María Judith de Jesús, religiosa contemplativa de la Orden de la Virgen María.
En un emotivo testimonio, la hermana María Judith expresó la importancia de este paso en su vida:
“Para mí, es nacer de nuevo… Es la experiencia de dejar que Dios haga lo que Él había pensado desde siempre para mí. Un renacer, un despertar para descubrir el amor y la alegría que solo Dios puede dar.”
Durante los últimos tres años, la hermana se ha preparado intensamente a través de la oración y el discernimiento, fortaleciendo su vocación y su misión dentro de la vida monástica. En este Año Jubilar, anima a los fieles a renovar su confianza en el Señor y a vivir con esperanza.
La comunidad monástica celebró con alegría este momento de gracia, resaltando la belleza de la vida consagrada como un testimonio vivo del amor de Dios en el mundo.
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